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Sentimiento de reconstrucción

Solo bastan un par de testimonios para comprobar que un terremoto no solo sacude la tierra, sino las vidas enteras de miles de familias. Sacude sus cuerpos y emociones; sus miedos y sus esperanzas. Después de las nubes de polvo y los estruendos, llega el silencio que deja descubrir el llanto y el abandono. Una ciudad destruida significa más que eso: la integridad de sus habitantes queda también en ruinas.

Sin embargo, ante la destrucción, llega la necesidad y el instinto de supervivencia; hay que levantarse a como dé lugar. El terremoto del 19S convocó oídos y corazones, fuerzas y talentos. Nació un diálogo de mentes y cuerpos que impulsó a la reflexión y al trabajo colectivo. En Jojutla, un grupo de jóvenes se solidarizaron ante la emergencia, eso fue su aliciente y motor inmediato. Lo primero que hicieron fue montar un centro de acopio bajo una dinámica llamada “censo de necesidades”, y para darle una personalidad jurídica y solvencia moral, al poco tiempo se constituyeron como una asociación civil a la que nombraron Sumando Ando.

Sumando Ando surge por la necesidad de organización para enfrentar el desastre ocasionado por el terremoto. Es una organización de voluntades jóvenes, de promesas de futuro: un grupo de mujeres y hombres hermanados por el deseo de cambiar el panorama de la tragedia. Chavos de Jojutla, de Cuernavaca y de Ciudad de México que empezaron a trabajar juntos desde el momento del sismo y hasta la fecha, que llenaron dos tráileres de víveres en cuestión de días, y que aún ahora, reflexionan cómo pueden seguir contribuyendo.

Contexto de emergencia

 El monitoreo es una de las actividades principales. Jojutla fue un terreno de difícil acceso pero se dio el seguimiento. En minutos, una cafetería se convirtió en un albergue y campamento para los damnificados, ese fue el primer punto de acopio. Se fabricaron refugios temporales ayudados por una tropa de carpinteros para proveer techos de emergencia, con todo y lluvia e inundaciones y mal clima en contra. El heroísmo materializado.

Al salir del contexto de emergencia más inmediato, surgió la pregunta, ¿ahora qué más se puede hacer? La dinámica social no se recupera así de pronto. Fue ahí donde apareció la convocatoria de Levantemos México y se planeó un proyecto que pudiera cubrir más necesidades. Y una de las labores necesarias era la recopilación de información y de datos para poder hacer diagnósticos certeros de la situación y poder tomar mejores decisiones. Lo primero fue aportar un diagnóstico sobre salud, educación y vivienda ante el contexto postsismo. Ahí está la labor. Esos son derechos que exige la ciudadanía. Sumando Ando necesitó hacerse de argumentos para exigir que las autoridades cumplieran con su obligación.

Se reunieron testimonios. Las historias recabadas fueron impactantes, conmovedoras e ilustrativas: hubo una maestra con su hija que perdió su casa en plena programación de atención médica, después de medio año de espera y atención en otro hospital en una zona más apta, la hija tuvo una recuperación en medio de escombros, en medio del polvo, de cascajo, con una herida expuesta. Las viviendas aún estaban destruidas o a medio levantarse. El derecho a la salud y a la vivienda se entrelaza. Si no hay uno, el otro se obstaculiza.

Primeros auxilios
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Por eso la necesidad de reunir información para exigir a las autoridades y para acompañar a la comunidad en la exigencia de sus derechos. Eso es trabajo de escritorio, es investigación, revisión, coordinarse con el INEGI y el Gobierno, así como con administraciones municipales. Además, por supuesto, complementar la información con los invaluables testimonios de la población. Muchos talleres y actividades participativas fueron obstaculizados también por un nuevo contexto de violencia. Por medio de las familias se tejió una red de ayuda que llegó hasta las autoridades, a personal de hospitales, a gente del INFONAVIT para tener todas las perspectivas posibles de este panorama aún en emergencia.

El comercio es la principal actividad económica de Jojutla ya que es un enclave comercial para el estado de Morelos. Representa un punto de encuentro comercial y al caerse todo se interrumpió, todo se vino abajo: empleos, familias, comercios, economía, vialidades. Todavía falta muchísimo trabajo. Se llegan a vislumbrar pistas para saber por dónde se puede seguir organizando la comunidad para cambiar su relación con las autoridades. Se le han abierto los ojos a la comunidad, están exigiendo cumplimiento de sus derechos, no pidiendo favores, y eso lo tienen muy claro. Es importante saberlo.

Sentimiento de reconstrucción

El tema de la inseguridad es un parteaguas, hay que decirlo con todas sus letras y abordarlo. Mucha gente no salía de sus casas cuando había talleres comunitarios y por eso se tuvieron que cancelar. Entonces, ¿cómo garantizar el derecho a la seguridad? Esa pregunta es fundamental: hay que construir paz para tener todo lo demás. La paz y la seguridad son un pilar. Ahora, Sumando Ando se pregunta cómo poder pasar de la atención y asistencia al acompañamiento, como un sujeto colectivo en el que todos avanzan juntos para vivir de forma digna y plena.

La experiencia de intercambiar ideas, procesos, pensamientos, acciones, es increíble. Todos hacen lo mismo desde diferentes puntos. Todo se conecta. El sentimiento de reconstrucción es el mismo idioma que todos hablan. Las ideas lanzadas a la mesa son para reconstruir. Sumando Ando logró establecer relaciones y redes de confianza capaces de movilizar el apoyo para cada necesidad, y su proyecto para Levantemos México consiste en un diagnóstico de acceso a los derechos para aportar información clara y dar pistas para que en Jojutla se ejerza plenamente el derecho a la salud, la educación y la vivienda. Ésa es la manera de impactar de forma integral. La reconstrucción es un fenómeno social. La reconstrucción está en todo lo que se ve y se experimenta, en cada individuo y en cada comunidad. La reconstrucción es un estado del alma.