Si algo trajo consigo todo el horror del terremoto y la tragedia, fue el ser un aliciente para la fuerza y la esperanza. La tragedia hizo que se unieran fuerzas entre comunidades y voluntarios, entre afectados y personas dispuestas a todo con tal de ayudar, de hacer pasar rápidamente el trago amargo y reconstruir la vida nuevamente. Una situación así de difícil siempre es un estímulo para la creatividad.
Cooperación Comunitaria Oaxaca se creó para salir de los problemas lo más rápido, eficiente, y lo mejor posible, después de constatar el desinterés y la tardanza por parte del Estado con sus propios habitantes. ¿La prioridad? La reconstrucción de las viviendas. ¿La forma? Rescatando la tradición de las comunidades y concientizando sobre ella a las nuevas generaciones. Su objetivo es también reducir la vulnerabilidad de las comunidades, tomando en cuenta todos los factores posibles para que las viviendas sean acordes a las necesidades, a la geografía, al terreno y a los bienes naturales.
La población crea un tipo de lazo y de comunidad que quizás antes no existía, se vuelve fraterna cuando todos se involucran en el proceso de levantarse, literalmente, desde los escombros. Las familias aprenden a construir con mejores técnicas, mucho más resistentes y en sintonía con su contexto, tanto geográfico como cultural. Así, la tradición jamás se pierde.
Durante mucho tiempo se realizaron talleres y tequios para fomentar la articulación del trabajo, para promover la reflexión e intercambiar experiencias, identificar los daños, escuchar a la población afectada y conocer sus necesidades particulares.
Además de las viviendas, también se reconstruyeron hornos y cocinas. La cocina es médula, parte fundamental de los hogares, no sólo concentran lo necesario para la alimentación, sino también cohesionan a las familias, son el corazón caliente de la casa. Gran parte de ellas son fuente de trabajo para quienes comercian alimentos. Por supuesto que su reconstrucción debía ser prioritaria. Las estructuras usadas recuperan elementos climáticos y culturales ikoot y binnizá, en conjunción con tecnologías que las vuelven resistentes a los sismos y vientos fuertes de la zona.
A partir de esta reconstrucción, la comunidad también adquiere una conciencia política y organizativa mayor. La felicidad es tan deslumbrante que no se puede expresar con palabras, se vive a flor de piel, se reafirma la esperanza y se activa el mecanismo que hará que todo marche hacia adelante: la regeneración económica, la dignidad, el bienestar, el fortalecimiento de los lazos familiares, y del tejido social.
Reforzar una vivienda es reforzar las condiciones de vida. Sin dudarlo ni un momento, la reconstrucción es emocional. Llega hasta las fibras más profundas de alguien que lo perdió todo y después lo ve recuperado gracias al esfuerzo y empeño propio y de organizaciones como Cooperación Comunitaria Oaxaca.
“A partir de esta reconstrucción, la comunidad también adquiere una conciencia política y organizativa mayor. La felicidad es tan deslumbrante que no se puede expresar con palabras, se vive a flor de piel, se reafirma la esperanza y se activa el mecanismo que hará que todo marche hacia adelante: la regeneración económica, la dignidad, el bienestar, el fortalecimiento de los lazos familiares, y del tejido social.
Reforzar una vivienda es reforzar las condiciones de vida. Sin dudarlo ni un momento, la reconstrucción es emocional. Llega hasta las fibras más profundas de alguien que lo perdió todo y después lo ve recuperado gracias al esfuerzo y empeño propio y de organizaciones como Cooperación Comunitaria Oaxaca.”