El camino que llevó a Guadalupe Madre Tierra hacia Hueyapan, Morelos, se trazó poco después de los sismos de 2017. Al recorrer la ruta de los daños, el impacto fue muy fuerte; ver, por ejemplo, el Convento de Santo Domingo de Guzmán en ruinas, el dolor y la tristeza de la población que había perdido su patrimonio, sus hogares. Frente a la situación de desastre que sufrió esta comunidad, los esfuerzos de la asociación se dedicaron a ayudar con el propósito de restaurar y reconstruir las viviendas, desde una perspectiva sustentable, incluyente y de respeto a la tradición cultural de su arquitectura. La organización tenía ya una trayectoria en la que había realizado una labor de apoyo a comunidades indígenas en zonas marginadas, con base en un sistema económico socioambiental.
El compromiso de una sostenibilidad ecológica ha guiado siempre a la asociación y ahora en particular, con el proyecto de una nueva técnica bioconstructiva de vivienda. Se trata de utilizar el “superadobe” que ha probado ser de gran eficacia en la reconstrucción de casas más seguras, fue creado por el arquitecto Nader Khalili, mediante una exhaustiva investigación para la NASA a fin de establecer asentamientos humanos en la Luna y en Marte. Posteriormente la técnica fue perfeccionada y se asoció con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), así fue posible proporcionar un lugar dónde vivir a un sinnúmero de personas de escasos recursos en diferentes países.
El “superadobe” se prepara con el material más ecológico, abundante y duradero: la tierra, que además se encuentra en todas partes. Se compacta en costales y esta es la unidad constructiva que permite edificar estructuras de alta calidad, durabilidad, con gran resistencia a condiciones climáticas adversas y a sismos. La visión que mostró Guadalupe Madre Tierra para emplear esta técnica como punta de lanza para contribuir a la rehabilitación de Hueyapan, comenzó con un primer acercamiento a través de entrevistas con los pobladores, a partir de lo cual, elaboraron un diagnóstico y los perfiles de cada caso.
Con el conocimiento previo de los rasgos que distinguen al municipio en diferentes rubros, geográfico, económico, histórico, cultural, tradicional, medio ambiental, riqueza natural, y la información recopilada sobre las afectaciones provocadas por los sismos, se impartieron talleres para explicar la técnica del “superadobe”. Al principio fue difícil, los miembros de la comunidad no creían mucho en este sistema, pero poco después se convencieron.
Emprendimos entonces la reconstrucción de dos casas con el respaldo de muchas personas (familiares, amigos y quienes eran cercanos a la organización y conocían el trabajo efectuado), de las que recibimos contribuciones en especie y financieras, porque no teníamos recursos. Tocamos muchas puertas y afortunadamente, obtuvimos una respuesta solidaria cuando difundimos fotografías y testimonios de lo ocurrido en Hueyapan. Luego, se organizó también una subasta de arte para dos casas más y continuamos trabajando con el apoyo de Levantemos México.
El apoyo proporcionado nos ha permitido cumplir con los objetivos planteados para el desarrollo del proyecto y continuar avanzando. Valoramos los aprendizajes y la asistencia permanente que nos brindaron en el proceso de nuestro propio quehacer; sobre todo compartir experiencias y conocer otras agrupaciones que igualmente, trabajan en favor del bien común desde diversos enfoques y en distintas áreas, lo que resulta muy revelador y significativo ante los eventos de 2017. Nos sentimos acompañados y parte de un proyecto mayor: la reconstrucción del país.
Tenemos contemplado construir la Casa de Cultura, para ello se invitó y se brindó capacitación a 15 personas que serán maestros de obra y quienes convocarán a los barrios que conforman el municipio para que participen. De este modo, impulsamos una iniciativa que la propia población propuso y en la que todos están trabajando. Contribuimos además a la formación de recursos humanos que colaboren en el desarrollo comunitario de manera autónoma y confiamos en que Hueyapan se convierta en un ejemplo de comunidad sustentable con la plena recuperación de su vida colectiva en las mejores condiciones y encaminado a lograr el bienestar de sus habitantes.
“Todo ser humano tiene derecho a un hogar”, afirma Gabriela Cano, fundadora y directora de Guadalupe Madre Tierra. La asociación asumió con su práctica el compromiso de defender el derecho a espacios dignos de vivienda, de trabajo, de cultura y de recreación, en los cuales sea posible ampliar opciones de vida y capacidades en forma independiente y autosustentable, de acuerdo con la historia e identidad de nuestros pueblos.